Me encontré esta imagen. Lleva unos días
colgada de una de las pestañas de Chrome; no sé qué espera, pero ahí está;
acaso un día de estos haya suerte y toque salir a escena, parece decir el
cuadro de Grosz (The Wanderer, 1943). Vagabundo, literalmente, pero también, y
me gusta más, el que vaga, errabundear, ir a la deriva, viajar, deambular. No amilanarse
frente a la intemperancia del clima y enfrentarse a la mañana o al frío,
atravesar la tierra, nómada de vocación, como atraviesa el viento las colinas o
la pelambrera de los árboles, siempre camino de otros lugares. Hermosos y pedestres
personajes con los que uno se cruza cada cierto tiempo por los caminos del
mundo; no apegados a un lugar, libres como los pájaros. Nunca, si llegan a un sitio/ preguntan a donde llegan./ Cuando
caminan, cabalgan/ a lomos de mula vieja./ Y no conocen la prisa/ ni aún en los
días de fiesta./ Donde hay vino, beben vino,/ donde no hay vino, agua fresca.
Y uno, que va cumpliendo años, se siente cada vez más cercano a esta clase de individuos que no abren caminos ni se dirigen a ningún lugar en particular; transitan por el mundo, miran, observan. Nosotros, los apresurados ciudadanos de este siglo, atrapados en las múltiples redes de un particular modo de vida donde escasamente llega la música de los mares o los desiertos, donde tan lejos queda el simple rumor que las cosquillas de la brisa produce entre las hojas de los álamos; donde los pájaros viven en acicaladas y doradas jaulas.
Y uno, que va cumpliendo años, se siente cada vez más cercano a esta clase de individuos que no abren caminos ni se dirigen a ningún lugar en particular; transitan por el mundo, miran, observan. Nosotros, los apresurados ciudadanos de este siglo, atrapados en las múltiples redes de un particular modo de vida donde escasamente llega la música de los mares o los desiertos, donde tan lejos queda el simple rumor que las cosquillas de la brisa produce entre las hojas de los álamos; donde los pájaros viven en acicaladas y doradas jaulas.
El viajero deja a sus espaldas lo
que puede parecer una ciudad en ruinas, el agua anega el camino, los cuervos
acompañan al caminante. Días mejores vendrán; mientras tanto, el mundo es
ancho, poner tierra por medio, buscar un refugio para pasar la noche y calentar
los huesos junto al un fuego. Resistir, ya amainará, no hay pena que cien años
dure.
Recuperar el espíritu del
camino, if waters stands motionless in a
pool it grows stale and muddy, but when it moves and flows it becomes clear.
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