El agradecimiento de un maestro

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El Chorrillo, 21/11/2013

La escuela de Asturias estaba que se caía cuando llegué. Estos fueron los albañiles y pintores que restauraron aquel otoño la escuela.


Era de madrugada, hace un par de días, acaba de terminar de ver una película y me disponía a irme a la cama cuando un pipipí anunció la entrada de un mensaje. Antes de abrirlo reflexioné sobre el nombre que aparecía en la parte alta del mensaje AQ; me sonaba bastante pero no lograba reconocer de qué ni de dónde. Al fin leí el texto. Enseguida comprendí y reconocí a la autora; un pequeño bienestar empezó a revolotearme por dentro. Inesperadamente un mensaje que venía de muy lejos, tanto en el tiempo como en el espacio, de treinta años atrás, de cuando ejercía de maestro en el colegio público de Griñón; el mensaje había cruzado la noche del Atlántico y había venido a acomodarse en un rincón de mi teléfono. Éste decía decía así:

África durante los Carnavales

 "Querido Alberto, me paso la vida hablando de tí, de aquel profesor que tuve en lo que era séptimo de EGB hace ya muchos años en el Colegio Garcilaso de la Vega de Griñón. Y te menciono siempre que cuento la historia por la que me hice maestra.
Porque llegó aquel profesor a mi escuela, y me mostró otro mundo que nadie me había mostrado y en el que yo me encontraba como pez en el agua. Porque contigo yo tuve mi primera clase de Educación Física, porque contigo hice mi primera ruta de senderismo o caminata o como se quiera llamar, por los caminos entre Griñón y Humanes. Porque nos hablabas de tus viajes y nos enseñabas fotografías de ellos que me hacían viajar desde el aula.
Y resulta que pasados ya tantos años, creo que unos 30, vuelvo a descubrir tus palabras y tus viajes en este mundo virtual que nos acerca y nos aleja de los demás. Este es mi tercer año viviendo en USA donde participo en el programa de Profesores Visitantes como maestra de español en Primaria, aquí me he enganchado a Facebook porque facilita la comunicación y me alegra descubrir que también sirve para recuperarla. Es un gran placer volver a aprender de ti."
 
Cuarenta y tantos alumnos en un tercero y bronca con el inspector hasta que conseguimos desdoblar el grupo.

Querida AQ: No puedes imaginar el placer que me proporcionaron tus líneas. No, no se trataba de ningún tipo de orgullo o vanidad, era simplemente que se abría en mí la posibilidad de recuperar un pasado que tantas y tantas veces me ha parecido estéril al recordar los tantos impedimentos con los que tropecé o las situaciones enojosas que surgían en torno al hecho de querer ejercer una pedagogía activa y moderna. Cuando hacía reflexión del pasado, en algún tiempo del cual me dediqué a novelar más o menos solapadamente una parte importante de mi vida, la escuela jamás aparecía en mi cabeza, era como si todo ello hubiera desaparecido en la profundidad de un agujero negro. Rescatar por escrito la vida de uno y recrearla se convirtió para mí en una cosa hermosa y agradecida, en los textos iban surgiendo las montañas, los viajes, los maratones, los amigos, las amantes, los hijos, la esposa, pero jamás la escuela, siendo como ésta fue una de las constantes más vivas e intensas en mi hacer como persona. ¿Por qué? no lo sé exactamente, pero hubo tantos hechos que me dejaron un amargo sabor de boca, una colaboración tan reducida cuando no una oposición frontal para hacer una escuela activa y dedicada a desarrollar una personalidad sana y creativa en mis alumnos...

El profe en la hora del ajedrez

Quizás sea el tiempo ahora de cambiar de registro y volver a considerar todo esto; los años me hicieron pesimista en este ámbito y sé que no soy objetivo, que hubo muchos padres que se implicaron en planteamientos pedagógicos interesantes, que algún raro profesor o profesora participó, empatizó también con ello, que habría alumnos que, pero... en fin, tus palabras quizás muestran el otro lado de la moneda, las bondades de la otra cara de la luna cuya existencia nos negamos a reconocer abrumados como podemos estar por un clima que no nos gusta o por problemas colaterales que echan abajo parte del entusiasmo con que nos zambullimos en la idea de mejorar el mundo y de cambiarlo.

La escuela junto al mar: Benicásim - Mallorca

No era cosa de tirar la toalla y hubo que trabajar hasta el final con la dignidad que requiere nuestra labor como docentes, sin embargo la despedida de la escuela no fue para mí lo que había soñado cuando tan desde joven me dedicaba tan plenamente a ella; en aquellos años tenía delante de mí un panorama que no invitaba a ello. Un día me cansé, quise hacer cosas diferentes, como viajar, escribir y caminar por el mundo y simplemente me marché, pedí una excedencia que se juntó años después con la jubilación y desaparecí de la escuela. No es una historia alegre, estaba muy decepcionado. Unos meses más tarde emprendí un viaje de medio año de vagabundeando por tierras del Pacífico intentando recuperar lo que para mí había sido un tiempo no demasiado grato.

Desayunando tras una larga excursión a las montañas frente a la escuela. Gedrez, Asturias

Transcurridos ya años de todo esto quizás sea el momento a partir de tus líneas tan esperanzadoras de recuperar también como Proust la verdadera realidad de ese tiempo perdido en el que mi trabajo en la escuela se me aparecía borrosamente turbio; el olor de la magdalena, la belleza de los perales y los espinos en flor, el magnífico aroma que podría volver a retomar de una experiencia pedagógica en donde acaso yo no he profundizado todavía porque la cercanía de los árboles me impedía ver el bosque. Estoy convencido de que hay por ahí acontecimientos, sentimientos, sensaciones, inquietudes, labor pedagógica que, entreverados en décadas de trabajo merezca la pena sondear para saborear de nuevo esa intensidad de la vida que yace acaso, como en las cuerdas del arpa de Bécquer, olvidadas y esperando a que alguien sepa despertarlas.
A mí me parece que el estar a bien con uno mismo, satisfecho de lo que haces o has hecho en tu vida es una de las cosas más deseables de la existencia. Con tus palabras ayudas mucho a esclarecer cuál es la razón de ser del trabajo que realizamos en la escuela; la impronta que podamos dejar en nuestros alumnos no sólo se resuelve en los resultados de la mera enseñanza, forma parte importante de ella una educación global que contribuya a desarrollar personas sanas y creativas que a la vez contribuirán a cambiar y mejorar la parte de este mundo que no nos gusta.
 Gracias AQ.


Encarnita en una excursión en Guadarrama

Ruth en la laguna de Peñalara

A disfrazarse toca


Día de Carnaval

Día de excursión en el autobús

De fiesta en clase


Lucía, la hora del teatro

Nuria. Carnaval en clase

El escenario de la clase se desplaza a las montañas. Gedrez, Asturias.