Una cortina de humo para esconder el puterío que nos gobierna



El Chorrillo, 15 de febrero de 2015

El partido de la corrupción recurre a la fábrica de humo para tapar sus vergüenzas. Hoy es un tal Monedero, pero mañana será cualquier otra cosa. Nunca en este país la mediocridad y la desvergüenza campó tan a sus anchas por tan manifiesto corredor de infamia tras arruinar un país y llevar a la miseria a una cuarta parte de la población.



Cortina de humo para tapar sus vergüenzas, cortina de humo para tratar de convencer a los ingenuos de siempre, los que nunca van a entender que aquellos que les explotan, aquellos que se lucran hasta seguir conseguir beneficios astronómicos mientras la población va haciéndose cada vez más pobre, más miserable; los que nunca van a entender que les están explotando año tras año, que los usurpadores de la riqueza común les están convirtiendo en carne de cañon, en pobres criaturas cuyos hijos no podrán estudiar en la universidad y tendrán que buscarse trabajo fuera del país; nunca van a entender que con su comportamiento, su humo, su voto, lo único que hacen es alimentar la codicia de ese pequeño porcentaje que sigue enriqueciéndose chupando como sanguijuelas la sangre a la gente de a pie, los pacíficos ciudadanos de siempre, los que han de seguir soportando el yugo de los testaferros al servicio de indecentes poderes económicos. Gente que sigue consignas como zombis espoleados por la vara del dueño que los lleva de acá para allá como borregos ciegos y que cumplen fielmente su deber de retuitear toda la bazofia que sus pretes les meten con embudo en su conciencias adormiladas.

Amigos, en este país donde la ignorancia es patrimonio tan extendido esta gente encuentra el campo abonado para poder seguir engañándonos, para seguir manteniendo la precariedad del trabajo, el sueldo de mierda mientras los bancos multiplican sus beneficios, que casualidad,  cuando una pobreza desconocida hasta hoy se extiende por el país de rincón en rincón; cuando uno de cada cuatro españoles está bajo el umbral de la pobreza. Y esta gente, tanto seguidor loco del PP, esta gente se dedica a fabricar humo para desviar la atención e intentar hacernos olvidar cuál es el verdadero problema. Venga, no seamos ingenuos ni débiles mentales a los que raciones inmensas de mentira consiguen hacer enmascarar lo que de verdad se juega en este país, es decir el que los ricos sean cada vez más ricos -solo ellos podrán llevar a sus hijos a la universidad a este paso- y el que la gente de la calle seamos cada vez más pobres y paguemos el grueso de los impuestos.

¿A quien puede engañar un partido que tiene un altísimo porcentaje de su plana mayor en la carcel? Un partido que nos amordaza para que no podamos protestar, que criminaliza por levantarnos contra la miseria en que nos ha asumido, un partido que rescata a los bancos y deja en la miseria a sus ciudadanos, que privatiza la educación y la sanidad para que otros hagan negocios con nuestra salud, un partido asesino que da muerte a los enfermos de hepatitis C no proporcionándole la medicina que necesitan, una mafia que usa España como si esta fuera su cortijo privado?

De esto es lo que hay que hablar en el país y no de esa cortina de humo contra el tal Monedero o cualquier otro, eso y tener muy sabido que el juego de esta gente del PP no es otro que despistar al personal con humo para tapar toda clase de canalladas que se cometen día a día en sus propias filas.

¡Cuantos ciegos tiene esta nuestra tierra! Lo fácilmente que con una cortina de humo se les convence de que lo que hay que seguir haciendo es votar la continuidad de este expolio, el que los de arriba puedan seguir teniéndonos bajo su zapato, bajo el dominio de la plutocracia, también de la putocracia, sí esa misma clase política que ha convertido el país en una casa de putas.

Que a estas alturas del desmadre y del expolio del país haya gente que todavía le haga la cama al PP, si no cosas peores, es una anacronía que sólo se entiende en la clase de gente de a pie por una supina ignorancia o por el hecho de que esta misma gente sea sorda o ciega. Abran los ojos y miren la tierra estéril que ha dejado a nuestro alrededor el PP. Abran los ojos y piensen en lo que nos espera, una sociedad de bancos con desmesurados beneficios a los pies de los cuales no habrá otra cosa que hileras de hormigas, nosotros, trabajando -si tenéis suerte- por un sueldo de miseria. Abran los ojos y averigüen de dónde les viene a las grandes empresas esa exuberante ganancia -las eléctricas sin ir más lejos- mientras a gente desesperada que es desahuciada sólo le queda tirarse por la ventana o salir a la calle a pedir limosna.

¿Qué a usted le va bien, está gordito, calentito en su casa con el culo junto a la calefacción y tiene su vida asegurada? ¡Hombre, pero piense en los otros!, piense en lo bonito que sería traer un poco de justicia al mundo, constribuir a crear una sociedad en la que la gente deje de ser esclava, deje de ser el rebaño destinado a votar cada cuatro años, deje todo eso para convertirse en personas de carne y hueso, en actores de sus propias vidas y de la sociedad en la que viven y que no sean cuatro mangantes de voluminoso abdomen llenos de codicia los regidores de nuestras vidas. Los ardorosos defensores del PP deberían reflexionar también y rendirse a la evidencia de que les están engañando; el PP es lógico y natural para defender los intereses de la derecha más rancia, es decir el egoismo, la insolidaridad, el si a mí me va bien qué me importa usted, y que al resto que le den por culo; el PP está bien para aquellos que no tienen que vivir de un modesto salario, para los extorsionadores, para los buscadores de prebendas, para las garrapatas y las sanguijuelas que se dedican a chupar la sangre a la gente de abajo, pero, por favor, no para gente honrada, no para gente decente.

Y por último, entiendan que todo esto, monederoserrejones y todo lo que todavía les queda por inventar, no es más que eso, una cortina de humo para esconder los asesinatos de la hepatitis C, el cuarto por cierto de la población en paro, el tercio de los niños del país en situación de desnutrición, para esconder la diferencia cada vez mayor entre ricos y pobres, para esconder la corrupción desmesurada en las filas del PP, para ocultar que quien realmente mueve los hilos de este país es el dinero y la espuria actuación de una parte importante de la justicia que debería tener en la cárcel a la plana mayor de este partido y que se conchaba, salvo elogiosas excepciones, con el poder constituido.





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